viernes, 26 de noviembre de 2010

Danilo Rubiano: Después del mister


Cortesía de http://www.univisión.com/
El modelaje representa para muchos hombres la concepción de la perfección. Tener un cuerpo con medidas exactas, firme por el mayor tiempo posible, resulta ser la obsesión para quienes transitan por el largo y duro camino del modelaje, sin embargo luego de que este paseo termina, deben volver a sus vidas llevando lo aprendido hacia sus destinos.
Tener una rutina diaria de ejercicios, llenarse de cuidados para piel y alimentarse muy bien representa el estilo de vida de muchos chicos que viven en el mundo del modelaje. Sin embargo esta profesión ha sido socialmente aceptada sólo para las mujeres. Ver un concurso de belleza masculina no es muy bien visto por este gremio, que aún mantiene ciertos clichés al mejor estilo del “macho vernáculo venezolano”.
¿Metrosexualidad o higiene?
Por este mundo transitó Danilo Rubiano. hace un poco más de 10 años participó en el Mister Venezuela aprendiendo que más que un oficio representa un cambio de vida, pues él mismo hace énfasis en que come 8 veces diarias, hace ejercicios todos los días, y usa protector solar para cuidar su piel.
Hoy felizmente casado, con un hijo de 4 años de edad, dos títulos universitarios y una empresa de ingeniería propia,  es la mejor muestra de que los cuidados personales no tienen nada que ver con la metrosexualidad, al contrario “mantenerse arreglado es cuestión de higiene y es algo que ningún hombre debería perder a pesar de la rutina diaria”.
Entre risas comenta que más que un deseo personal el modelaje se le dio por casualidad. “Mi esposa era modelo y yo la acompañaba a la academia  casi siempre; fue allí cuando su entrenador me dijo que me inscribiera y así lo hice”, me dice extrañado como que si nunca hubiese imaginado que pisaría los estudios de Venevisión en el magno evento de la belleza masculina, el Mister Venezuela de 1999.
Se me acerca y me dice a modo de primicia en un reconocido café de la ciudad que lo único que no hace hoy en día, al contrario de hace 10 años, es depilarse las piernas “fue lo más horrible que tuve que hacer en aquellos tiempos” lo dice bajito. “ Si mi hijo Diego me dijera cuando crezca que quiere participar en este tipo de concursos, no me opondría porque yo aprendí muchísimo y confiaría en los valores que le enseñé, como mis padres confiaron en mi”.
Sin embargo a pesar de su experiencia en este tipo de concursos plantea que hoy su vida es un poco más relajada.  Trabaja a tiempo completo en su empresa, pero cuando quiere puede irse con su familia a una casa de playa “ es mejor ser tu propio jefe que depender de un manager”, evocando los momentos en los que salía en cámara, encandilado por muchas luces, en los entretelones del mister en entrevista con Maite Delgado.


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